miércoles, 5 de noviembre de 2014
martes, 28 de octubre de 2014
INVESTIGACIÓN FORMATIVA Y APRENDIZAJE AUTÓNOMO EN EDUCACIÓN BÁSICA.
Lic.
Ever Coronado Martínez
Educar es una batalla, un cultivo de triunfos y derrotas que busca la libertad del alma, de la mente y del conocimiento. Como guerra, la educación se pierde a medida que sus líderes aprenden a vivir en el cautiverio de su espíritu y en la libertad de sus temores
(E.
Coronado, 2012)
Hablar
de auto-aprendizaje o la capacidad de aprender a aprender en estudiantes de básica
secundaria es un tema controversial lleno de escepticismo, se maneja
frecuentemente como una esperanza utópica en los deseos e intereses de aquellos
investigadores didactas que dedican tiempo, recursos y esfuerzos en estrategias
idóneas que permitan vislumbrar en un horizonte (mas lejano que cercano) a un
estudiante, que en este ciclo, sea cada
vez mas autónomo y productivo en su proceso de formación. En este texto
deseo sumergir a mis lectores en un acercamiento epistémico general sobre el
auto-aprendizaje y la investigación formativa, los matices investigativos (aciertos
y fracasos) que como docentes investigadores hemos experimentados en el
procesos de documentar las características de un adolescente investigador en el
colegio Windsor Royal School, en la Institución Educativa Primero de Mayo y en
otras instituciones educativas adscritas a la Red Colombiana de Semilleros de Investigación,
el impacto de las competencias investigativas en la estimulación de la
autonomía y la importancia de investigar sobre este objeto de estudio.
Podemos
decir que el aprendizaje autónomo hace parte de las estrategias de aprendizaje
que giran en torno al constructivismo cognitivo, pero enfocado a la didáctica
autónoma que ejerce el mismo estudiante sobre su proceso de aprendizaje;
partiendo de la misma selección de lo
que desea aprender, como desea hacerlo, en que tiempo lo va hacer y a que
logros responder. Esto requiere a un estudiante con ciertas habilidades para
hacer práctica de este ejercicio, siendo consciente que esa labor trasciende el
aula y la intervención del docente (sin
que se esté hablando de suprimir su rol).
Muchos autores integran o
asocian de alguna forma el aprendizaje
autónomo a conceptos particulares de cómo se debe percibir, concebir e
implementar en los procesos de enseñanza aprendizaje; A. Chene lo asocia con la Auto-realización del sujeto,
Brockett y Hiemtra trabajan bajo el mismo enfoque el concepto de Aprendizaje
Auto-dirigido, C. R. Roger habla de Aprender a Aprender y j. S. Bruner trae al discurso la
Autosuficiencia del estudiante. Todos
orientan el tema hacia un educando capaz de dirigir, controlar, regular y
evaluar por su propia cuenta su proceso de aprendizaje, requiriendo consigo
iniciativa, responsabilidad, autodirección y
auto-identidad. Estos prerrequisitos, condiciones o habilidades para
determinar que un sujeto pueda o no ser un auto-aprendiz hace que los autores
coincidan en afirmar que el auto-aprendizaje y la autonomía en sí, es una
característica de la psicología adulta, de lo cual Knowles afirma que el comportamiento autónomo y el aprendizaje
auto-dirigido es de naturaleza andragógica.
Teniendo
en cuenta lo anterior es comprensible encontrar con frecuencia al ámbito
universitario, andragogico y educación a
distancia, como el escenario contextual
perfecto para hablar de aprendizaje autónomo, sin embargo algunos
investigadores educativos afirman que; “entre
las dificultades que se señalan con frecuencia en relación con el aprendizaje
en estudiante universitario, están las deudas que tienen con los niveles
precedentes, […] y una deficiente estimulación del aprendizaje autónomo”
(sierra)[1]. La anterior
afirmación deja la puerta abierta a nuevas problemáticas que desembocan en la
educación superior, pero que provienen en cierto grado de la educación o modelo
de enseñanza de los grados de básica secundaria, en los cueles, la autonomía
estudiantil sobre su proceso de aprendizaje sigue siendo una utopía, que cada
vez es reforzada por metodologías de enseñanzas verticales entre la relación
docente-estudiante, sometiendo a los escenarios académicos a la necesidad, que
en términos de Freire liberen al
oprimidos (estudiantes) y al opresos (docente), llevando consigo el reto de
extrapolar los estados de concienciación adulta a modelos de afectividad,
motivación y reflexión en los adolecentes de básica secundaria, en lo cual la
misma liberación y relación horizontal
con sus docentes refuerce las competencias y habilidades necesarias para
estimular su autonomía y su capacidad de aprender a aprender.
[1] Sierra, bajo el marco del proyecto "Enfoque metacognitivo en el
diseño de entornos virtuales universitarios: i. ntervención pedagógica
orientada al logro del aprendizaje autónomo”
¿cómo, dónde y cuándo iniciar procesos de autorregulación del aprendizaje en educación básica?
Para efectos prácticos
he desarrollado cuatro (4) presentaciones que abordaran un discurso reflexivo, pedagógico y didáctico sobre investigación formativa,
autorregulación y construcción de conocimiento;
aunque el discurso esta contextualizado a educación básica no por ello pierde
la capacidad de adaptarse o extrapolarse a procesos de formación investigativa
en educación superior.
Las temáticas se
abordaran orientadas a responder en el orden las preguntas del Cómo, Dónde y
Cuándo iniciar estos procesos de investigación formativa, para ello tratare:
- Reflexión psicopedagógica del constructivismo social: la educación como herramienta de cambio.
- Las emociones como origen y la pregunta como punto partida de la autorregulación y la construcción del conocimiento.
- La investigación formativa como estrategia pedagógica: una vista desde el aprendizaje basado en problema.
- Los semilleros de investigación como estrategia didáctica para el fomento de la autorregulación del aprendizaje y la construcción del conocimiento.
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